Los tipos
más básicos de sistemas de IA son puramente reactivos. No tienen la capacidad
de formar recuerdos. Tampoco pueden utilizar experiencias pasadas en las
que basar las decisiones actuales.
Deep
Blue fue una
supercomputadora creada por IBM.
El Tipo II maneja máquinas que
pueden mirar hacia el pasado. Los vehículos autónomos ya hacen algo parecido.
Por ejemplo, observan la velocidad y dirección de otros autos. Para que
funcionen así hay que identificar objetos específicos y monitorearlos a lo
largo del tiempo.
Llegamos a
un punto en el que nos acercamos más a los tipos de inteligencia artificial que
deseamos en un futuro. Las máquinas son más avanzadas. No solo forman
representaciones sobre el mundo, también sobre otros agentes o entidades.
El paso final del desarrollo de la IA es
construir sistemas que puedan formar representaciones sobre sí mismos. En
última instancia, los investigadores de la IA tendrán que comprender no solo la
conciencia, sino también construir máquinas que la tengan.
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